En El Salvador la arquitectura todavía se ve como un privilegio de las personas que pueden pagarla, este concepto que se volvió un paradigma en nuestro país distorsiona el hecho que la buena arquitectura genera gran valor agregado a las construcciones sin importar su magnitud, por que desde una pequeña ampliación hasta un mega proyecto hará un mejor aporte a la sociedad y al paisaje urbano en la medida que su solución arquitectónica sea mejor lograda, revestida de funcionalidad, elegancia y buena presencia, solo así se logra en las ciudades que nuevas y hermosas obras arquitectónicas desplacen poco a poco a las viejas y en desuso, mejorando cada vez mas el valor urbano de sectores enteros de la ciudad, y preservando a la vez el valor económico de reventa de una propiedad, la arquitectura en El Salvador debe reencontrase con sus raíces, con su identidad y lograr la calidad necesaria para que nuestras ciudades y proyectos poco a poco generen un mejor ambiente urbano para desarrollarnos, no solo en proyectos exclusivos y selectos, sino como una norma general para construir un país capaz de venderse bien a los extranjeros que tanto gustan de visitarnos.
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